Perder a un ser querido de forma repentina es devastador. Además del dolor emocional, muchas familias se enfrentan a una carga financiera inesperada. Si la muerte fue causada por la negligencia o imprudencia de otra persona, puedes tener derecho a una compensación legal que te ayude a salir adelante.

En Texas, la ley permite que ciertos familiares presenten una demanda por muerte injusta y reclamen dos tipos principales de daños:

Daños Económicos

Estos cubren las pérdidas financieras que tú y tu familia han sufrido por la muerte del ser querido:

• Gastos médicos acumulados antes del fallecimiento, incluyendo hospitalización, cirugías o tratamientos de emergencia.
• Costos del funeral y entierro, como ataúd, servicios funerarios, transporte y cementerio.
• Pérdida de ingresos futuros que la víctima habría aportado al hogar, incluyendo salario, bonos, pensión y beneficios laborales.
• Pérdida de servicios domésticos, como el cuidado de niños, mantenimiento del hogar u otras responsabilidades familiares que ahora tendrás que cubrir.

Daños No Económicos

Aunque no tienen un valor en dólares exacto, estos daños compensan el impacto emocional y psicológico de la pérdida:

• El dolor físico y el sufrimiento emocional que la víctima experimentó antes de fallecer.
• Pérdida de amor, compañía y orientación, especialmente en el caso de hijos que pierden a un padre o madre.
• Angustia emocional y sufrimiento mental que enfrentan los familiares sobrevivientes, como depresión, ansiedad o trauma.